Si en publicaciones anteriores llamarla Madre a Ella era algo impensable y repugnantemente asqueroso, imagínense como se le ha conocido a él siempre en la unidad del seno familiar. Éstas eran algunas de las designaciones utilizadas, por cuatro niños para referirse a él: él otro, él asqueroso, su marido, él que vivía allí.
Alguien al que Ella siempre protegía y defendía, como si fuese un proscrito, expulsado de su propio nido de víboras familiar.
Lo más importante e interesante es que teníamos que quererlo, nos aleccionaba día tras día; Ella siempre nos decía: Tenéis que quererlo, pues nadie más era capaz de sentir nada por él, excepto Ella. Tampoco nosotros pudimos sentir más allá de asco, repulsión y desprecio, por ese ser inmundo al que Ella tanto amaba, amó y continúa amando.
Y por último, el nombre con el que fue enterrado. “EL ASQUEROSO BORRACHO HIJO DE PUTA”
Es posible que algunos deseen recordar, y otros conocer, lo que Ella siempre dijo sobre él, a su entorno más cercano y por supuesto a sus cuatro hijitos, hijitos porque éramos muy, muy pequeños. Pues bien, ni sus hijitos, ni sus hijos, cuando fueron creciendo creyeron nunca en sus palabras, porque Ella nunca predicaba con el ejemplo, lo hacía con la MENTIRA y la MANIPULACIÓN, eso en casa todos lo veíamos. A pesar de habernos ofrecido una terrorífica infancia, llegamos a tener criterio propio, y sacar nuestras propias conclusiones, a través de la experiencia de la convivencia con esos sádicos.
Si bien es cierto, por aquel entonces lo que no sabíamos, ni comprendíamos, era porque lo defendía y protegía tanto; ahora es más que evidente, era su cómplice, sin él corría el riesgo de que los demás se dieran cuenta de quién era Ella realmente. Lo necesitaba para esconderse detrás de él, como continúa haciendo actualmente.
Lo único que nos identificaba por aquel tiempo como hijos de él, era el asco y repulsión que se reflejaba en nuestros rostros, o nuestras palabras, aunque debíamos tener precaución, de que no nos escuchara Ella. Esa era la muestra inequívoca de que éramos hijos suyos.
Ni que decir tiene, que estas historias forman parte de la narrativa infantil de nuestras noches, historias que siempre nos re-contaba Ella, que era la que llevaba la voz cantante, la que manipulaba, la que dirigía. Y todo esto, porque hasta el día de hoy, no puedo encontrar ni un solo momento entre mis recuerdos, en el que habláramos o mantuviéramos cualquier tipo de conversación con él, ninguno de nosotros hicimos algo así nunca jamás, con él que vivía allí junto a Ella. Nunca hablábamos con él. Simplemente lo veíamos por allí, por casa, su casa de Ellos.
Contaba La Gran Puta, que se conocieron en una verbena, que él nunca estuvo interesado en Ella, sino en su prima hermana, de rasgos físicos extremadamente parecidos a Ella, distinguiéndose por ser su prima de mayor estatura y en la forma de vestir, diferente a la de Ella. Como su prima hermana nunca estuvo interesada en él asqueroso, sino en su hermano, al asqueroso no le quedo otra que quedarse con Ella, comenzando así su noviazgo, desaprobado siempre por mi abuelo, que nunca estuvo de acuerdo en que su única hija deseara compartir su vida con una persona vaga y desequilibrada mentalmente a la vista de cualquiera. Pero una hija que odia a sus padres, no iba a escuchar las palabras de alguien que se preocupaba por Ella.
Contaba Ella en sus historias, que el abuelo paterno quiso matar a su propio hijo, al que ahora era su marido, con una horca, siendo él un jovenzuelo. Que tres días antes de su boda, el abuelo paterno desapareció, llevándose consigo todo el dinero que tenía, y no volvió a su casa hasta pasadas unas semanas, que sus propios padres de Ella, no le dieron siquiera un ajuar, como siempre sus quejas; en cambio a su hermano le dieron de todo. Esta vez sí tuvo su vestido de Puta novia.
Así surgió su amor. Ella lo eligió a él, sabía que era perfecto, de profunda maldad interior, fácil de manipular, repudiado y rechazado por todos. ¿Por qué alguien aparentemente normal elige como pareja algo así?
Siendo ya marido y mujer, él solo trabajó durante los cuatro o cinco primeros años. Mi abuelo ya sabía y predijo que eso pasaría, jajajajaja
Diagnosticado de aplastamiento vertebral que no le permitía trabajar, pero si le permitía visitar la taberna, pues allí sus funciones consistían en sentarse a fumar tabaco celtas y beber hasta perder la noción del tiempo. Quien ocupa el segundo grado en consanguinidad era enviado por Ella a buscarlo en peregrinación por las tabernas, los desprecios en público y el asco que todos sentíamos hacia él. Hizo que éste segundo grado al mando, se negara a ir más veces en su busca, tan solo era un niño pequeño.
Ella tenía que guardar su reputación. Era la que se encargaba de los niños y de sus padres…
Ahora había que ayudarlo aún más, pues sus seis hermanos lo despreciaban por no ser capaz de trabajar ni hacer nada, nada a la vista de los demás. Porque bien que les contaba a sus hermanos qué hacía con su hija mayor por las noches, invitándolos a participar en el festín. Eso no le gusto a Ella nada, y pronto se cortaron los lazos familiares, aprovechando que ellos no estaban de acuerdo con su comportamiento. Una vez más se aprovecho de la situación.
Llegaron tiempos de bonanza, y la familia feliz se hizo cargo del “Club del Pensionista”, un bar, para un alcohólico no es buen negocio, pero… la esperanza es lo último que se pierde.
La limpieza de este repugnante lugar lleno siempre de asquerosos borrachos, lo hacia su hija mayor junto a la Gran Puta, había que limpiar, decía. Un lugar muy apropiado para una niña.
Aquí dio comienzo al declive de la unidad familiar, el alcohol hizo su trabajo. Fue otro de sus grandes momentos para Ella. Aquí surgió su nuevo personaje, una mujer trabajadora, tirando del carro, al que iba subido un marido borracho, y la crianza de cuatro hijos, más sus padres. ¿Quién podría plantearse que eso que Ella representaba no era cierto? Aquí nació su personaje actual.
Hoy Ella se presenta como una mujer víctima de maltrato. Que no mantiene contacto con dos de sus hijas porque le han pedido explicaciones, para las que no tiene respuestas coherentes, solo mentiras. Le han demostrado que saben quién es Ella, saben todo lo que hizo y continúa haciendo. Como respuesta, una rata de su calaña, solo ha desaparecido de nuestras vidas. Esa es la actitud de una madre que ha sufrido tanto y ha querido tanto a todos sus hijos, los ha querido tanto, que ahora no quiere ni ver a sus hijas, no le conviene escuchar la verdad, y mucho menos que otros puedan saberla. Ella es basura y solo puede vivir en un basurero, junto a más basura.