Esta historia habla de todo lo que una buena Madre puede enseñar y transmitir a sus cuatro retoños.

La palabra Madre implica un significado muy profundo e importante para otros seres humanos, y por tanto, es más que justo que a ésta “Madre” aquí, y solo en este lugar, se la conozca en adelante con su genuino nombre: “La Gran Puta”, o simplemente un pronombre impersonal creado exclusivamente para “Ella”, el lector no quedará decepcionado por estos calificativos, a medida que se introduzca en la lectura, es muy posible que a su mente acudan como vendavales, nuevos adjetivos de este ser inmundo, con tanta virulencia, que puedan incluso llegar a crear en su mente una imagen muy real de Ella.

Quizás sea difícil discernir donde termina la realidad y donde comienza la gran mentira de cualquier zorra mentirosa, pero este no es el caso de Ella, la Gran Puta. Casi 40 años de convivencia entre mentiras, acreditan y demuestran HOY, que sus testimonios, y toda su palabrería no tienen donde apoyarse, de que su historia, esconde otra historia, y ésta a su vez esconde otra, transformando a través de la manipulación y el control personal, la historia principal y original, la autentica y verdadera historia de su asquerosa vida.

Así comienza su propia historia, la que Ella ha contado de sí misma, la que Ella ha inventado para los demás, lo que Ella ha deseado que sepan y vean los demás, su apreciado entorno social, tan valorado por y para Ella misma.

Desde que la razón me acompaña, siempre la he escuchado relatar historias similares, y siempre un regusto extraño se quedaba atrapado entre mis sentidos, la sensación de que no todo el relato era real, de que faltaba algo más, o quizás sobrara, algo guardaban sus historias, que te dejaban pensando, pensando, porque a sus narraciones se unía una inexistencia de emociones, sus palabras carecían de sentimientos, de un lenguaje corporal acorde a la historia que contaba en cada momento, siempre esa extraña sensación en mi interior, esa falta de unión entra sus palabras y los supuestos sentimientos, que debía tener escondidos en algún lugar, yo los buscaba siempre que Ella me hablaba, aunque nunca encontré sentimientos, no ya dentro de Ella, ni siquiera cerca de Ella.

Lo único bueno cercano a Ella, fueron sus padres, dos buenas personas que siempre se amaron entre ellos. Es de un sarcasmo infinito observar este detalle, porque de ese amor nació Ella.

Hija de un hombre de mirada sencilla, amante de la naturaleza y de la vida, rico en el conocimiento de los demás, de palabra fácil, enamorado hasta la médula de su mujer, el rosal más hermoso de su jardín, de mejor fragancia, pero de raíz enfermiza, desde los catorce años.

Ella, es por tanto la primogénita, la única hasta los seis años, comenzando aquí su desgracia, pues la noticia de la llegada de una hermana la dejó paralizada, pronto volvió todo a la normalidad, pues la selección natural aquí hizo su trabajo, y esta nació muerta, lo que le permitió regresar a su vida de reina maldita, y de repente un día la corona desapareció, y se vio obligada según su propia historia, a cuidar de esa hermana, pues su madre contaba con un estado de salud endeble, era Ella la que debía ocuparse de su hermana, pero como la naturaleza es sabía, esa pequeña vida recién llegada se apago como un susurro de muerte, a los seis meses su querida y pequeña hermana murió; cualquier hermana mayor en su lugar, habría llorado la muerte de su hermana menor, creo que para Ella fue un alivio, nunca ha contado que sufrió y lloró su muerte, no lo ha contado por la sencilla razón, de que no puede hablar de algo que desconoce y no ha sentido jamás en su vida.

Siendo nosotros unos niños, (sus 4 hijos) siempre nos contaba como vio morirse a su hermana, como se retorcía y agonizaba de dolor, como se le retorcían los dedos de las manos, mientras llegaba la muerte, el ataúd en el que la enterraron. En vez de contarnos cuentos infantiles, nos contaba historias tan bonitas como esta. Durante estos infortunios de su vida familiar transcurrieron unos 9 años aproximadamente, y de nuevo las nubes se cernieron sobre su paraíso terrenal, llegó un nuevo hermano que venía unido a una hermana, melliza que evidentemente se negó rotundamente a conocer a la que sería su hermana mayor, tomó la sabia decisión de morirse antes que conocerla, su hermano ya no fue tan inteligente y se armo de valor, él quería ver como seria la vida al lado de una hermana. Ni que decir tiene, que la vida a su lado le ha pasado factura, y de una cuantía bastante elevada, ha conocido de primera mano, toda la maldad y crueldad que Ella encierra en sí misma.

Nuestros cuentos infantiles dan fe de ello, pues siempre nos ha contado como le tenía que pegar a su hermano, le pegaba para que la obedeciera, ya que Ella tenía que ejercer funciones de madre. Me pregunto dónde habría visto ella a los nueve años que una madre tiene que pegar a sus hijos.

Otros de sus muchos cuentos para ayudarnos a conciliar el sueño eran historias como estas.

Quejarse constantemente de lo mal que la han tratado sus padres, de que nunca tuvo juguetes, aunque otras veces contaba que su madre le hacia muñecas de papel para que jugara con ellas, de que ni siquiera tuvo un vestido para hacer la comunión, aunque existe una foto de Ella vestida de comunión, en cambio su hermano gozo de ese gran privilegio, también hay otra foto de él, exactamente iguales. De que Ella siempre ha tenido que trabajar y cuidar de su madre, y de su hermano, y más tarde de su padre, se jacta de haber pasado su maravillosa juventud entrando y saliendo de los hospitales, pero en aquella época al hospital se llegaba en burro, no creo yo, que fuera con tanta frecuencia como nos contaba en sus historias, pero…

Su vida cambio cuando llego su gran amor. También ha contado siempre que a Él, quien le gustaba realmente era su prima hermana, y no Ella.

A Ella simplemente le toco vivir esa época, igual que a otras muchas futuras madres, cualquier madre de su generación ha deseado que sus hijos puedan tener una vida mejor, dentro de sus posibilidades, pero ese no ha sido su caso, ya que Ella ha necesitado transmitir todo su odio y frustración en sus hijos, en unas más que en otros… Aunque fue una hija querida, Ella no sabe lo que significa esa palabra.

Que hablen sólo quienes guarden recuerdos valiosos…

 

 

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