No es lo mismo la agonía que te infringen unos, que la que puedas causarte tú misma. Simplemente porque ellos así lo desean, ese placer es mucho mayor.
Instalados dentro de ti, sus pensamientos son órdenes. Tú voluntad deja de tener libertad, deja de existir para ser ocupada por decisiones ajenas, incluso lejanas… pero con unas consecuencia terroríficas si decides ignorarlas.
26/04/2016