Un escaso diálogo se mantenía con mis hermanos antes de producirse esa fractura, eran unas comunicaciones ya muy débiles, casi vacías, pero llenas de charlas y conversaciones insustanciales que se escondían tras unas miradas incrédulas, incriminatorias  incluso; como si yo fuese una condena en sí, que quisiera caer con todo su peso sobre ellos. Conversaciones espaciadas en el tiempo, porque siempre prefirieron evitar lo que les producía repulsión, incluso malestar.

A pesar de sus abominables miedos, empezaron a sentir cierta curiosidad, al desaparecer yo también, por espacios prolongado de tiempo de sus vidas, y sobre todo al negarme a compartir con su familia, la tradicional cena navideña de 2014. Siendo criticada y juzgada por ellos siempre; a pesar de todo, ambos aceptaron escuchar lo que hasta el momento ya podía explicarles, recuerdos completos sobre su madre. Recuerdos que llevaban ya casi un año invadiendo mi mente, sin descanso alguno.

Aunque jamás les he insinuado, ni pedido que se decanten por nadie, y mucho menos darles a elegir entre su madre y yo. Ellos solos se posicionaron, y gritaron al mundo que en ese momento nos rodeaba, que su postura era clara.  Que ellos creían mi verdad a medias.Que me creían sí, pero que no creían lo que afirmaba sobre nuestra madre. -Una estrategia muy cómoda, pues pretendían mantener bajo esa anquilosada estructura de pensamientos e ideales sin estandarte, su apoyo en mi lucha.Pretendían luchar al mismo tiempo conmigo y contra mi, trayendo y llevando información del enemigo…

Las consecuencias inmediatas de ésta batalla, fueron poner en su conocimiento: que en mi lucha, no tienen cabida aquellos que no saben lo que significa la palabra HONESTIDAD. Y por tanto yo misma fui quien cortó de un zarpazo, ese endeble hilo que nos pretendía mantener unidos, como si una gran araña venenosa lo hubiera estado tejiendo entre dos mundos, repletos los dos de rencor y esperanza, esperanza de que algún día, el hilo ya no podría seguir extendiéndose fuera de su mundo.

La araña, ya sabía que en su tela se quedarían a vivir dos insecto nuevos, que se iría comiendo poco a poco.

 

 

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