¡¡¡Se acerca la navidad!!! Son estas unas fechas muy entrañables, por la carga simbólica que encierran. Yo no sé, y tampoco me interesa como vivirán las familias normales la Navidad, pero para la que fue mi familia; esa a la que yo pertenecí hasta hace casi cinco años, la navidad es tiempo de:
Discordia
Odio
Traiciones
Histeria
Mentiras
Discusiones
Victimismo
Criticas injustificadas
Tortura psicológica
Malestar general
Culpabilidad
Embaucaciones
Teatros
Control de poder
Todas ellas orquestadas y dirigidas por mi querida madre, unas veces volcadas directamente sobre su prole y en otras ocasiones dirigidas solo a uno de sus descendientes, como cabeza de turco. Eso, ya en los últimos años era lo que más le gustaba, con lo que mejor se lo pasaba. Disfrutaba viendo como de repente surgía un tema escabroso y comenzaba la discusión, que por supuesto ella se encargaba de avivar entre sus propios hijos. Ella siempre se quedaba al margen. Era lógico, porque desde ese lugar privilegiado es desde donde ella controlaba la situación que había creado. Ahora que le faltan dos comensales, no quiero ni imaginarme cómo se las ingeniara con esa lista y como hará el reparto. –Aunque eso a mí, ya ni me interesa ni me afecta. Lo que sí me afecta es que yo soy de costumbres, así que no quiero perderme la cena más especial del año, que en mi familia también lo era. Así que para celebrar estos cinco años que hace que no te veo, quiero invitarte a la cena del 24 de diciembre. No te preocupes por nada, que yo me encargo de elegir el lugar, el menú y el tema de conversación. -Te va a encantar.
