Para que Ella pudiera vivir sus mentiras con total plenitud, el resto de miembros pertenecientes  a la sociedad más inmediata, como era el estrecho círculo familiar y aquellos otros que pertenecían al grupo de amistades matrimoniales, debían de ver y sentir, esa serie de mentiras con la misma intensidad que lo hacía Ella. Esta fuerza que aportaba esa pequeña sociedad externa, era la que otorgaba veracidad a su sarta de mentiras, a su manipulación y control. Transformaba sus mentiras en verdades, a través de otras personas.

Si ésta pequeña sociedad de la que formaba parte Ella, su marido y sus cuatro hijos, se expanden, aparecen en escena también los conocidos y los vecinos, por ser aquel un pueblo pequeño.

Toda esta estructura social daban fe de su desdicha y mala suerte de vida, no solo a través de la observación directa de dicha situación, sino a través de la palabra de una madre, que necesitaba testigos para darle credibilidad absoluta a los hechos que Ella misma relataba y mostraba.

Yo nunca he conocido a una persona maltratada y humillada que se enorgullezca de serlo, y que además cuente el desarrollo de esa traumática experiencia, sin mostrar indicios de sufrimiento, amargura y dolor. Quizás sea porque Ella nunca ha sido maltratada, sino todo lo contrario. Ella ha sido siempre la maltratadora.

En el año 1985 su primogénita había cumplido ya 11 años, y el resto de sus hijos tenían 9, 7 y 5 años. Para ésa fecha ya se había auto-catalogado Ella misma con la ayuda de la sociedad: como una mujer luchadora, trabajadora y sobre todo, maltratada y humillada por la vida que le daba su marido.  Ante esta situación tan lamentable, se le ofreció la oportunidad de dirigir un pequeño negocio. Un bar de pensionistas.

Éste era un bar, donde el café era más barato que en el resto de bares de la zona, donde no se podía servir bebidas de alta graduación alcohólica,  donde su horario de apertura y cierra estaba adaptado a una población de una determinada edad, y de escasos recursos económicos.  Por tanto, en ese bar de pensionistas que regentaron ambos durante unos años, sólo se servía café, alguna copita de vino acompañada de unas patatas fritas o maní, pues esto era la tapa y también se vendía tabaco de la marca Celtas y Ducados.

Evidentemente  este negocio propicio el declive en picado de su esposo. Un bar regentado por un alcohólico ya crónico, y es que: -¿Conoce alguien a una esposa tan abnegada, tan mártir, tan devota del sufrimiento y del dolor ajeno, como lo es Ella?  -Porque Ella amaba a su esposo, un esposo que le ofrecía todo lo que Ella  pedía.

Pero lo mejor de ésta historia, es que Ella declaró que la regencia de este bar dio para comprar la tierra del Cortijo Bajo.  Y posiblemente durante los 5 años que tuvieron este bar, quizás les ayudara a pagar ese olivar, pero… -¿de qué vivía entonces 6 personas?, su familia.

¿Tanto dinero dio éste bar, como para permitirles comprar una parcela de olivos, de una considerable  extensión?. -Tengamos en cuenta que la reforma de la casa ya la habían pagado. ¡8 millones a toca tea!

Según los datos facilitados por Ella misma, se puede decir que efectivamente fue un bar muy rentable.

Claro que también me llevaba con Ella a limpiar el bar, en horario de apertura, pues nunca se limpiaba el bar cerrado al público.  Allí siempre había hombres que te miraban…

Propio de una madre tan cariñosa y tierna como lo es Ella.

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