Después de dormir unas tres horas de forma intermitente  durante la noche del sábado, correr el domingo, durante una hora en la cinta del gimnasio, es una forma de equilibrar las fuerzas internas, que buscan encontrar un equilibrio, para poder continuar la lucha del día a día. A veces sueño que corro, voy corriendo descalza, corro rápido, y no paro de mirar constantemente hacia atrás, como si alguien me persiguiera.

Correr en la cinta es lo más parecido a huir de mi propia existencia, cuando corro en ese lugar es como alejarme de mi misma, es algo que necesito hacer cuando no puedo dormir, correr.

Al elegir un lugar cerrado como es el gimnasio, con una máquina que te permite programar  el tiempo y la velocidad de la carrera, también te ofrece la opción de pulsar  Stop, en cualquier momento, o reducir gradualmente la velocidad, es algo verdaderamente extraordinario, porque eres tu quien toma esa decisión, aquí nadie te persigue. Es una forma de acallar tus demonios internos, esos que te persiguen durante las vigilias nocturnas.

Siempre que voy a correr, hace acto de presencia ese sueño, que parece como un pájaro que ha anidado siempre en mi memoria, y ve eclosionar sus huevos, justo en el instante que decides comenzar la carrera, así es como se activan esos recuerdos perdidos por los recovecos de mi memoria. Cuando corres esperas alejarte del lugar en el que te encuentras. Tanto en el sueño como en la realidad, cuando paras de correr, te das cuenta de que te encuentras en el mismo lugar, que no te has movido realmente, todo el entorno que te rodea es el mismo que había en el punto de salida. Y te cuestionas si es real, si has intentado huir realmente de algo, o simplemente lo has soñado. De nuevo no hay respuesta,  no lo sabes.  De repente diriges toda tu atención a los síntomas fisiológicos que presenta tu cuerpo, que sólo indican que has pasado más de una hora corriendo hasta la extenuación,  aterrada de miedo de algo que no recuerdas.

Otra vez más interrogantes. Realmente llegue a huir en algún momento de la infancia incestuosa en la que estaba atrapada, o fue mi mente la que se separó de mi cuerpo, para poder soportar tanto dolor y sufrimiento. Se dividió mi existencia en compartimentos separados unos de otros, para poder soportar 14 años sin una existencia continuada, además de 20 años más sin ni siquiera llegar a plantearme,  porque soy quién soy.…. Pudieron los abusos sexuales, y los malos tratos físicos  crear personalidades diferentes para defenderse de la amenaza existencial, a la que tenía que enfrentarme diariamente.

Creo que así han ido apareciendo,  los muchos personajes que pueblan  mi interior, entre ellos la guerrera, que en alianza con sus amigos los cuervos, es capaz de fusionarse y convertir, una sola persona, en todo un ejército capaz de luchar al unisonó, bajo las ordenes de una única voz, que la dirige contra su mayor oponente. Ella, la que la engendró y le dio vida, para luego quitársela.

Sólo Ella junto a su querido y amado esposo fueron creando día a día esos compartimentos, con las torturas a las que me sometían.  Un trauma, un compartimento nuevo, y Ella lo celebraba con un sencillo gesto, sellaba su nueva creación lanzando la llave que podría volver a abrirlo, al vacío del olvido.

40 años han pasado ya, desde que tirara las últimas llaves.

Hasta hoy, 7 de abril de 2015 creo que nunca ha imaginado, que en ningún momento pudieran abrirse esas cajas. 40 años le ha dado mucha confianza. Nunca se ha planteado que el guardián que vive en mi mundo paralelo, guarda bajo sus dominios, una única llave. Una llave maestra, capaz de abrir cualquier caja……  El gran señor que habita en estos parajes, se alimenta y vive de extraños caprichos, él es así de extraño, tiene debilidad por acumular libros, él ha conocido a través de su tesoro particular a otros grandes maestros, que le transmitieron su sabiduría, grandiosos personajes de la historia, como Sigmund Freud, Josef Breuer, Charles Darwin, Jean Martin Charcot,  y un sinfín más.

Entre sus muchos gustos y entretenimientos, se encuentra el de tomar forma de hechicero ancestral, es algo que le lo vuelve loco, le encanta ponerse esa gran capa de color negro, que casi va rozando el polvo del suelo, como si no caminara, permitiéndose unos movimientos veloces,  ágiles, muy rápidos. Es  así, como de repente lo ves rebuscando en una habitación que no tiene puerta, porque sólo él puede traspasar sus muros, en la que guarda su propio conocimiento, el que le ha dado la experiencia de sus muchos años de vida, cuando sale de ella, el color de su capa se ha transformando en un negro mucho más intenso y profundo, mientras se dirige a mirar las letras de algún libro, de esos que guarda en otra habitación totalmente diferente a la suya propia, para girarse rápidamente y lanzarte su hechizo, sin esperarlo te mira con ojos de ave rapaz, y desaparece, porque ya te ha lanzado un montón de palabras elegidas perfectamente para causar un efecto……

Al día siguiente, unos goznes chirrían en tu interior, al principio no sebes que son esos ruidos, pero descubres que es alguna de las muchas cajas que está empezando a abrirse……  asoma el retazo de un recuerdo

Ella sigue existiendo y respirando el mismo aire que el resto de los mortales.

 

 

 

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