Cuando una familia entera está corrompida se encuentra substraída de sí misma, secuestrada ante la imagen de la sociedad, sepultada bajo el blindaje que proporciona el silencio; el poder de ocultar; el del saber cómo llevar a cabo todo ese gran proceso, que engloba la manipulación de una madre pederasta e incestuosa. Practicando e Inculcando a través del día a día, el autoconvencimiento en cada uno de sus miembros, con frases lapidarias, repetidas solo y exclusivamente, en su tiempo y en su espacio familiar, en ese pequeño reducto que siempre supo controlar.
“Aquí no pasa nada y nunca ha pasado nada”
“Lo que pasa en la casa, se queda en la casa”
“Nadie de la calle tiene porque saberlo”
«Procura no hablar con nadie, de nada»
Y así comenzó esa palabra, “NADA” a tomar forma, incluso conciencia de sí misma. Nunca esa palabra fue pronunciada en vano por Ella, pues siempre iba cargada de secretismos, de intriga y suspense, de mentiras de otras mentiras, tan lejanas ya unas de otras, que impedían que pudieses vislumbrar, cuál fue en su momento cierta y real, auténtica, por su verdad.
Una palabra tan poderosa que fue capaz de marcar un antes y un después. Una palabra tan simple, que supo encontrar el camino, para dejar una profunda e indeleble huella.
Mañana 27 de mayo, habrá quienes puedan contemplar en primera persona, una parte de ésta familia incestuosa, celebrando un acto simbólico, de pureza e inocencia. Qué mejor que una ceremonia como ésta, para poder admirar en todo su esplendor a éstos individuos, reafirmándose a si mismo, en sus propias creencias. Aquí no pasa NADA.
Eso son ellos, Nada…