Aparece con aspecto de necesidad urgente y necesaria, imperiosa necesidad que reclama una parte viva de ti, de repente te grita a la cara, necesita un poco de sabor a muerte, para mantener la agonía de su vida, necesita sangre; verla emanar, brotar como fuente viva, sólo así se aplacaran ahora, los gritos que ya no puedes distinguir, si son de agonía, lamento, súplica, o preludio de sollozos lastimeros, que se esconden entre el sueño de una muerte prematura y soporífera.
Sangre, sangre, sangre, todas quieren los mismo… tú sangre. Sólo así se calmarán los gritos.
El dolor hace que los gritos sean inaudibles, la sangre brota al exterior, quema todo a su paso, hasta abrirse camino, ya pueden verla, tocarla
El ruido desaparece, silencio y calma ocupan su lugar.
26/04/2016