Ella ha vendido siempre una historia de martirio y sufrimiento, de mujer malherida y maltrecha, víctima de una vida tormentosa. Ha tenido la sangre fría de llevar a cabo este tipo de transacción incluso con su propia prole, vació sobre su descendencia toda la inmundicia que llevaba dentro.
Es bien sabido, que toda transacción va precedida de un trato, un pacto entre dos partes que llegan a un acuerdo. Ella vende lo que otros anhelan comprar. Y es que la compraventa igual que todo en la vida, puede adquirir la forma que le queramos dar; cualquier “cosa” es susceptible de ser vendida, tanto material como inmaterial. Solo es necesario que se de otra circunstancia. Que exista al menos un comprador.
-¿Alguien se ha planteado alguna vez, la remota posibilidad de poder llegar a comprar el Alma de alguien deseado? – Quién lo haya hecho, es porque sabe que podrían existir personas que se dediquen al comercio de ésta parte espiritual del ser humano.
Robarle el Alma a alguien para entregársela a otro, no es una tarea fácil y requiere invertir mucho tiempo, tiempo, tiempo, tiempo, tiempo, tiempo, tiempo…